Fiel a la propuesta curatorial desarrollada por Dan Cameron, la muestra oficial de la XIII Bienal reúne a más de cincuenta artistas del mundo comprometidos con la idea de la obra de arte como un gesto cuya validez reposa en su relación con la coyuntura y el entorno sociopolítico en el que se inscriben, no con su dimensión intemporal o especulativa. El arte que cuenta es mucho más que una mercancía sujeta a leyes de la oferta y la demanda; al contrario, por su carácter efímero y disruptivo, contradice las reglas del mercado y del capital, como su opacidad retórica impugna la obscena transparencia de los discursos mediáticos. Pero, además de proponernos esta oportuna reflexión sobre el estatus del arte actual, Impermanencia tiene la virtud de recordarnos –conforme a las enseñanzas del budismo zen, de donde Dan Cameron extrapola el término– que nuestro mundo es cambiante, como nuestros pensamientos y nuestros cuerpos, subrayando así la condición esencialmente transitoria de la existencia.
Conscientes de la urgencia de acortar la brecha entre el público y el arte, para esta edición la Bienal ha dado una especial importancia al área educativa, implementando por primera vez una curaduría pedagógica, área liderada por el educador chileno Cristián G. Gallegos, quien junto al equipo de nuestro Departamento de Educación desarrolló un trabajo sostenido y a gran escala con distintos sectores y actores de la ciudadanía. No concebimos un evento de la magnitud de la Bienal sin una participación significativa de todos los públicos que hacen la comunidad.
En esta edición la Bienal ha arribado a un importante acuerdo con el grupo de trabajo de Artes de la UNASUR para llevar a cabo el Proyecto IN-SITU. Arte en el espacio público, que ofreció apoyo económico a doce artistas de la muestra oficial –pertenecientes a cada uno de los países miembros de la UNASUR– para que desarrollen proyectos site-specific en la ciudad. Esta alianza, además de oxigenar nuestro presupuesto, ha permitido que la Bienal reafirme su diálogo histórico con el arte del continente.
El conjunto de la exhibición se desplegará en veinte sedes, de manera que su visita será una gran ocasión para recorrer, conocer o releer la ciudad, y consecuentemente, una magnífica oportunidad para renovar los significados de la urbe, es decir, los sentidos que cada uno de los espectadores pueda conferirle en su travesía. Para facilitar este recorrido, y para subrayar el diálogo del arte con el espacio urbano, hemos agrupado las sedes en dos paseos o rutas: el «Circuito Centro Histórico» y el «Circuito Río Tomebamba», dos hitos de la ciudad patrimonial. En una ciudad en pleno proceso de trasformación con la instalación del tranvía, las obras de arte vienen a trastocarla aún más, contribuyen a transfigurarla, es decir, a revelar su naturaleza verdadera y profunda.
Cristóbal Zapata
DIRECTOR EJECUTIVO
FUNDACIÓN MUNICIPAL BIENAL DE CUENCA