Guayaquil, Ecuador, 1977. Vive y trabaja en Inglaterra y Ecuador.
Banderines (Pennants), 2014-2016
Serie de 40 estandartes, hilo de nylon sobre algodón, dimensiones variables.
El papel de la heráldica en la historia del arte visual ofrece una radiografía de los intereses mutuos entretejidos que existen entre la creatividad artística y el poder institucional. Aunque no esté en el mismo nivel estético que las pinturas o las estatuas en términos de las cotas artísticas que se esfuerzan por conseguir, para los artistas el diseño de blasones, escudos de armas y demás insignias han tendido a ser una consecuencia inevitable de su relación con los sistemas de patrocinio que los mantienen en producción. En parte, esta paradoja es el origen de la instalación de María José Argenzio, "Banderines", la que se moldea a sí misma en torno a la idea de lo majestuoso de la entrada a la nobleza, lo que es posible gracias a la ilusión del poder mediante la proyección de una iconología visual directa, cargada de simbolismo. En una ciudad como Cuenca cuyo expresivo legado arquitectónico estuvo vinculado a un pasado histórico en el cual el despliegue de tales símbolos ejercía un poder impresionante, la obra de Argenzio entraña un ejercicio de crítica social, camuflaje histórico y una exploración de cómo –incluso los símbolos políticos más ponderados– se transforman en abstracciones inofensivas.