Lima, Perú, 1974.
PREMIO «JULIÁN MATADERO»
Oratoria, 2016
Instalación site-specific y multimedia, dimensiones variables.
En las instalaciones de José Carlos Martinat, nuestras expectativas de lo que experimentaremos en términos de percepción suelen ser socavadas de tal forma que alternan nuestro sentido de pertenencia y uso de las cosas. En un conocido trabajo presentado en la Bienal del Mercosur (Porto Alegre, Brasil, 2009), el artista invitó a los visitantes a usar pintura en aerosol para profanar réplicas de yeso que había hecho en madera pintada de blanco de algunos de los edificios modernistas más emblemáticos de Oscar Niemeyer en Brasilia. Para la Bienal de Cuenca, la propuesta de Martinat se basa en su observación del huerto ubicado dentro del Parque Ancestral Pumapungo como modelo para mostrar cómo se plantaron los cultivos en épocas precolombinas. Para el artista, el interés está en la forma de araña visible desde arriba, que no tiene significación intencionada, pero que podría ser fácilmente confundida con un pictograma a gran escala, o con un diseño concebido para ser visto desde el cielo. Con esa premisa de partida en mente, Martinat ha centrado un péndulo sobre una gran superficie. El mecanismo del péndulo transmite incesantemente discursos y textos que hacen referencia al pasado, al presente o al futuro, emitidos a través de un megáfono con la autoridad tranquilizadora y monótona de una conciencia superior que nos enseña paciente y suavemente sobre la naturaleza transitoria de toda existencia.