(Santiago de Cuba, 1981). Reside y trabaja en Ámsterdam.
Yaima Carrazana se mueve libremente entre diversos soportes y formatos como la pintura, el video y la instalación. En todo este espectro de medios, su obra destaca por el modo en que emprende un diálogo siempre fundamentado, aunque a menudo irreverente, con la historia y el discurso del arte contemporáneo. Más allá de la rotunda austeridad visual de su trabajo, la artista parte de sus propias experiencias, asociadas a su condición de inmigrante, y a los estados mentales que derivan de su interacción personal con las normativas institucionales.
En las series pictóricas Foreign Affairs y Letter from Paradise, Carrazana retoma varios cuerpos de obras anteriores, desde las pinturas monocromáticas hasta las Cartas de Declaración (2016) en las que se apropia de los diseños de la correspondencia que recibe del Ministerio de Justicia, el Departamento de Impuestos Holandés, y de otros documentos relacionados con su estatus migratorio en Holanda. En Foreign Affairs apela a la paleta de colores usada por el Ministerio de Relaciones Exteriores holandés para su comunicación gráfica (el naranja, el verde, el azul y el rojo), cuya gama recuerda las experiencias cromáticas del neoplasticismo. Sin embargo, la propuesta de Carrazana no debe confundirse con un mero ejercicio formalista o un abstraccionismo fuera de tiempo, pues se trata más bien de un comentario metafórico y crítico sobre los códigos de la administración burocrática y sus lógicas de jerarquización y clasificación así cómo una crítica a las políticas de identidad que predominan en el arte cubano, que todavía en pleno siglo XXI sigue basándose en un lenguaje iconográfico.
(Santiago, Cuba, 1981); she lives and works in Amsterdam
Yaima Carrazana moves freely between supports and formats like painting, video, and installation. Whatever its medium, her work has a distinctive way of engaging in a well-researched, though often irreverent, dialogue with history and the discourse of contemporary art. With visual austerity, Carrazana’s work looks to her own experiences as an immigrant and to the mental states resulting from her personal interactions with institutional norms.
In the series Foreign Affairs and Letter from Paradise, Carrazana returns to earlier works, from her monochrome paintings to her Declaration Letters (2016), where she uses the designs of letters received from the Ministry of Justice, the Tax Authority, and other Dutch government agencies, regarding her status as an immigrant. In Foreign Affairs, she uses the color palette in the Ministry of Foreign Affairs’ graphic communications (orange, green, blue, and red) in a spectrum reminiscent of neoplasticism’s chromatic experimentation. Carrazana’s proposal should not, though, be mistaken for a mere formalist exercise or timeless abstraction. It is, rather, a metaphorical and critical commentary on the codes of bureaucracy and its logics of hierarchization and classification, as well as on the identity politics prevalent, even today, in Cuban art still rooted in iconographic language.