(San Pedro la Laguna, Sololá, Guatemala, 1978). Reside y trabaja entre San Pedro la Laguna y Ciudad de Guatemala.
De la serie 4’33’, arcilla y metal, 2018
Benvenuto Chavajay aborda la cuestión identitaria, subrayando los vínculos y tensiones que se manifiestan tanto desde el punto de vista geográfico como simbólico. En tal sentido, el artista confronta elementos cosmovisivos de su cultura de origen con aspectos de la modernidad y el colonialismo. En Chavajay la experiencia es una clave perceptiva y conceptual que abre una posibilidad reflexiva originada en la sensibilidad y sustentada en la relación entre el cuerpo, los objetos y el lenguaje.
Inspirado en la célebre y controvertida obra 4´33´ (1952) de John Cage, donde el intérprete debe guardar silencio y no tocar su instrumento durante cuatro minutos y treinta y tres segundos —según las instrucciones del compositor— la propuesta de Chavajay sugiere la amplificación del silencio como forma de comunicación, mediante la presentación de un conjunto de partituras elaboradas en barro, evocando por un lado la cosmogonía de la cultura Maya tz’utujil a la que pertenece —según la cual el primer hombre se modeló con lodo—, y por otro, imputando la memoria de las comunidades aborígenes, silenciadas por el progreso y las dinámicas globales.
(San Pedro la Laguna, Sololá, Guatemala, 1978); he lives and works in San Pedro la Laguna and Guatemala City
De la serie 4’33’ [From the 4’33’ series] clay and metal, 2018
Benvenuto Chavajay addresses the question of identity, underscoring the ties and tensions it manifests on both geographic and symbolic levels. The artist confronts elements of his culture’s worldview with aspects of modernity and colonialism. In Chavajay’s art, experience is a perceptive and conceptual key to reflection grounded in sensibility and sustained by the relationship between body, object, and language.
Inspired by John Cage’s celebrated and controversial work 4´33´ (1952), where the performer, as per the composer’s instructions, remains silent, instrument unplayed, for four minutes and thirty-three seconds, Chavajay’s work suggests the amplification of silence as form of communication through a group of scores made in mud. The work evokes the cosmogony of the artist’s culture—the culture of the Mayan tz’utujil people—according to which the first man was modeled out of mud, as well as the memory of indigenous communities silenced by progress and global dynamics.