Sin música la obra no sería la misma. El ritmo tradicional ecuatoriano provoca unos afanes locos de bailar, de caminar al son del tambor, las quenas, zampoñas, guitarra.
Todo el ambiente se transforma, una vez que la enorme tela de 100 metros de longitud se extiende sobre la acera del parque y unos intrépidos jóvenes y adultos deciden elevarla para cobijarse con ella.
Parece cosa de locos, pero en realidad se trata de la reconstrucción del performance y documentos de época “La caja del cachicamo”, una obra del extinto artista venezolano Diego Barboza que se presentó por primera vez el 12 de octubre de 1974, en el Parque del Este, de Caracas, y fue repetido en algunas ciudades de Venezuela.
Leer más aqui